LA FAMILIA, LA CASA Y LA CALLE. ACONTECIMIENTOS DEL PASADO Y DEL PRESENTE.
Nuestro sistema educativo hace especial hincapié en la atención a la diversidad del alumnado, en prevenir las dificultades de aprendizaje y en la atención individualizada. El fin es que el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo desarrolle al máximo tanto sus capacidades personales como los objetivos y las competencias de etapa. Para ello es necesario llevar a cabo las medidas organizativas y curriculares oportunas. .
En la etapa de atención individualizada de los estudiantes es muy importante la recogida de diagnósticos precoces para posteriormente comprobar su evolución. En el que caso que se establezcan necesidades educativas, hay que llevar a cabo unas pautas de actuación estableciendo protocolos entre las administraciones y órganos con el fin de conseguir una intervención correcta y completa.
Los centros escolares deben tener principios de inclusión, normalización y asegurar la igualdad en el acceso y la no discriminación. Por estas razones, los centros tienen que establecer medidas sobre las condiciones de accesibilidad y los recursos de apoyo
adaptando tanto instrumentos, tiempos y apoyos (materiales o humanos) en el caso que fuera necesario para la evolución del alumnado.
En nuestra aula contamos con un alumno con necesidades específicas de apoyo educativo (ACNEAE). En concreto, el alumno presenta hiperactividad, en esta unidad didáctica no necesita adaptaciones curriculares ya que es capaz de llevar a cabo todas las tareas. Aun así si será necesario llevar a cabo una serie de adaptaciones ambientales y metodológicas.
- Adaptaciones ambientales.
Sentarle en lugar alejados de distracciones y junto a compañeros que le ayuden en sus tareas facilitando de este modo su trabajo y concentración.
- Adaptaciones metodológicas.
Establecer una relación positiva docente-estudiante. Es necesario establecer apoyos positivos, darle ánimos y elogios.
Hacerle participar en clase: animarle a hablar, a comentar…
Mostrar interés hacia él cuando trabaje en su mesa. Preguntarle si tiene dudas y animarle a que siga trabajando.
Hacerle salir habitualmente a la pizarra así conseguiremos que esté más atento, motivado y conozcamos su evolución.
Fragmentar la tarea si es larga para incrementar su implicación en ellas.
Supervisarle constantemente. Podríamos establecer una consigna con él, por ejemplo tocarle la espalda para hacerle mejorar su comportamiento.
Cuando parezca no escuchar al hablarle tenemos que captar su atención ya que esto se debe a estímulos externos. Para ello podríamos utilizar estrategias como tocarle la cara, mantener un contacto visual o acercarnos a él cuando hablamos.
Las instrucciones que se le dan deben ser concretas, de una en una, cortas y con un lenguaje positivo.